PID-13. Cueva del Reguerillo
Situación: En el cerro de la Oliva, entre el arroyo de Valdentales y el río Lozoya (Figura 26).
Acceso: Por la carretera M-128 pasado el desvío hacia Valdepeñas de la Sierra y continuar en dirección hacia la presa de El Atazar. En el collado del Cerro de la Dehesa de la Oliva a la derecha aparece el camino de servicio del Canal de Isabel II. Unos metros antes de un puente sobre los tubos del Canal se sitúa la entrada al primer piso de la Cueva del Reguerillo. Hay sitio para aparcar.
Descripción: Es la cavidad de mayor desarrollo en la Provincia. Se encuentra en la banda cretácica que bordea la Sierra Norte de Madrid formada por calizas y calizas margosas, con estructura monoclinal de dirección NE-SO y buzamientos entre 30 y 40º hacia el SE, lo que origina un típico relieve en cuestas que ha condicionado el desarrollo del carst sobre estos materiales y sus formas asociadas. Las formas exocársticas son escasas, pero las formas endocársticas aparecen bien desarrolladas, siendo su máximo exponente la cueva del Reguerillo, con tres pisos y cerca de 10 km de desarrollo (Sánchez et al., 2003).
La dirección de la caverna es SW-NE y presenta una ligera inclinación que a veces se acentúa hasta igualar a la del terreno. Es bastante amplia (Figura 27) aunque en los últimos conductos se dificulta el paso por su estrechez.
Contiene, además, abundantes fósiles (carnívoros, perisodáctilos y artiodáctilos). Destacan entre ellos, el hallazgo de restos óseos de osos de las cavernas (Torres, 1974) y fósiles de lince ibérico. Aun cuando hidrológicamente es una cueva casi inactiva, también constituye un importante patrimonio paleohidrológico (Duran et al., 1998) al que por su actual estado de degradación el acceso está restringido.
En superficie también existen restos de este sistema cárstico. Los afloramientos calcáreos en el camino, especialmente donde este cruza sobre los tubos de abastecimiento de agua a Madrid, muestran pequeñas cavidades abiertas o rellenas de sedimentos fruto de este desarrollo cárstico. En la ladera, al otro lado del arroyo Valdentales, presentan formas de disolución características; estos materiales calcáreos, por otro lado, son rocas duras, resistentes a la erosión superficial directa. Ambos hechos, roca dura pero soluble, originan paisajes característicos de cañones en estas rocas sobre todo cuando estas rocas están horizontales (río Lobos, río Duratón, etc.); en nuestro caso, el buzamiento de las rocas hace que los semicañones que se desarrollan sobre ellas tengan una extensión muy limitada.
Interés por áreas del conocimiento: Geología: geomorfología, paleontología.
Tipo de observación: Puntual.