Excursiones

 

EL PATRIMONIO GEOLÓGICO DEL NORTE DE LA COMUNIDAD DE MADRID: TORRELAGUNA

 

José F. García-Hidalgo y Juana Mª Sanz

 

Introducción

El paisaje de una región tiene siempre una relación intrínseca con su geología. Esta relación es evidente cuando las rocas, con sus colores, diferentes formas de erosión, etc., son elementos directamente visibles e individualizables en el paisaje. Pero, además, los tipos de rocas que componen un territorio, su distribución y los procesos geológicos más recientes que las han afectado son las causas de su relieve. Y este relieve es el escenario que sustenta la cubierta vegetal y sobre el que se desarrollan las actividades humanas. Por ello, los componentes geológicos son esenciales para la comprensión del paisaje, de nuestro entorno y de la ocupación humana del territorio.

El patrimonio geológico de la región de Torrelaguna es extraordinariamente valioso, diverso y de considerable potencial educativo. El territorio alberga una amplia representación de todos los tipos de rocas (sedimentarias, ígneas y metamórficas), con edades que abarcan, aunque con muchos lapsos, una gran parte del tiempo geológico. En esas rocas se puede reconocer una variada tipología de eventos geológicos, en los que ha quedado registrada la historia de esta porción de nuestro planeta. Este registro geológico constituye la Memoria de la Tierra, almacena una valiosísima información acerca de los climas, los ecosistemas y los paisajes del pasado, y nos ayuda a interpretar y reconocer los procesos geológicos y biológicos que acontecen en la actualidad. No es posible conocer la historia de la vida sin conocer la de nuestro Planeta. Finalmente, muchos procesos geológicos están aún activos, de hecho permanecen siempre activos en la superficie terrestre, modelándola y generando el paisaje que percibimos.

Torrelaguna se sitúa en el norte de la Comunidad de Madrid, en límite entre dos regiones que presentan características geológicas, petrológicas, territoriales y paisajísticas muy diferentes: El Macizo Hespérico y la Cuenca del Tajo. Los paisajes típicamente serranos del norte y oeste de la Comunidad de Madrid están formados por rocas ígneas y metamórficas pertenecientes al Macizo Hespérico, son rocas “duras” que se pueden dividir a su vez en tres zonas: a) la sierra “rica”, b) la sierra “pobre” y c) las “cuestas” mesozoicas. Estas 3 zonas presentan texturas rocosas o forestales, y son elementos focales o visuales prominentes, en las que la estructura en cuesta de las rocas mesozoicas suponen un límite visual regional.

La Cuenca del Tajo está compuesta por materiales sedimentarios “blandos” en los que se han encajado el río Jarama, dejando a diferentes alturas diversos niveles de terrazas, dispuestas a menor altura topográfica, con un paisaje de “campiñas” característico en los que existe una fuerte textura agrícola con cultivos extensivos cerealistas y áreas con vegetación espontánea. Su disposición sedimentaria o erosiva (terrazas) horizontal hace que en ellas los campos visuales sean amplios y dispersos.

Itinerario general: Alcalá de Henares (campus) – La Cabrera (Parada 1) – Embalse de El Atazar (P2) – Proximidades del Pontón de la Oliva (P3) – Torrelaguna (comida) – Río Jarama (P4) – Talamanca del Jarama (P5) – Alcalá de Henares (campus).

Parada 1: La Cabrera

La Cabrera se dispone al pie de la Sierra del mismo nombre donde destaca el Pico de la Miel (1392 m), donde se realiza la primera parada.

Rocas: la roca que aflora en esta zona es una roca homogénea, en forma de grandes bloques con aspecto redondeado. Si observamos un corte fresco de la roca podremos ver que existen tres minerales: Uno gris, algo transparente (cuarzo), otro blanco, o a veces rosado, opaco (feldespato) y otro negro, brillante (mica biotita). La roca en un granito y tiene un aspecto cristalino con todos los minerales que crecieron a la vez, a partir de un magma, en el interior de la Tierra, se intrerpenetraron unos con otros al crecer todos juntos, a la vez, dando a la roca un aspecto duro y cristalino. A gran escala la roca está cruzada por una serie de grietas que se denominan diaclasas. Sabemos por los minerales radiactivos presentes que esta roca cristalizó hace unos 300 millones de años (m.a.).

Procesos: La alteración consiste en la descomposición de las rocas bajo condiciones de la superficie terrestre; especialmente de los minerales que se formaron a temperaturas y presiones altas en el interior de la Tierra, como los del granito de esta parada. La alteración mecánica produce fragmentos de rocas (cantos, arenas y limos), en nuestro caso produce fragmentos de tamaño arena de los minerales más estables (cuarzo y feldespato). La alteración química produce nuevos minerales, las arcillas son los productos de la alteración química de las micas.

Paisaje: Lo que se ve es el típico paisaje que presentan estas rocas cuando se alteran (berrocal). La roca al estar dividida por las diaclasas se altera más rápido en sus proximidades, porque por las diaclasas es más fácil que circule el agua y penetren las raíces de las plantas. La roca se descompone siguiendo las diaclasas y, con el tiempo, se forman esos grandes bloques redondeados que se ven en el paisaje.

Parada 2, Embalse de El Atazar

El embalse del Atazar, en el río Lozoya, es el más grande de la Comunidad de Madrid. Es un embalse de abastecimiento de agua; la toma de agua se realiza en una “torre” situada próxima a la presa, en su borde sur. La cerrada del embalse de El Atazar consiste en una presa de bóveda, con forma arqueada, en la que el peso del agua descarga sobre las rocas en los laterales de la presa (al igual que el peso de las bóvedas de los edificios descarga sobre los pilares laterales).

Rocas: la roca que aflora en esta parada es también una roca homogénea, pero a diferencia de la de la parada anterior no presenta bloques, sino que parece cortada por múltiples planos, con diversas orientaciones que dividen la roca en pequeñas porciones con formas alargadas y ahusadas. Si observamos la roca en detalle no podremos ver minerales. Esto es no porque no existan, sino porque son demasiado pequeños para observarlos a simple vista, se necesitaría un microscopio. Los minerales que forman la roca son fundamentalmente micas y granos de cuarzo de tamaño muy pequeño. Esta es una roca metamórfica que se formó en el interior de la Tierra a partir de otras rocas anteriores (arcillas), que fueron sometidas a presiones y temperaturas elevadas. Las arcillas se transformaron en micas y se orientaron debido a las fuertes presiones. En estas rocas se han conseguido recuperar algunos fragmentos de fósiles de trilobites (artrópodos primitivos), que indican que las rocas sedimentarias originales tienen una edad Ordovícico (aproximadamente unos 480 m.a.). Por otros minerales que presentan las rocas sabemos que el metamorfismo ocurrió hace 300 m.a.

Procesos: Al igual que el granito de la parada 1 esta roca también sufre los mismos procesos de alteración, pero como sus planos de rotura y sus minerales son diferentes, el resultado final es también muy diferente. La alteración física produce fragmentos más grandes que en el caso anterior y, sobre todo, mucha arcilla, por la alteración química. El resultado final es bastante diferente.

Paisaje: Desde este observatorio podemos observar los paisajes característicos de esta zona de la sierra madrileña. Las rocas dominantes son las pizarras, que en ocasiones se intercalan con cuarcitas; otra roca metamórfica monomineral formada exclusivamente por cuarzo. Como sólo está compuesta por cuarzo y los minerales en la roca están interpenetrados, no se areniza nunca y su alteración es, en cierta medida, similar a la de la pizarra. En esta zona existe una gran homogeneidad en el paisaje, en los relieves y en las vertientes, producido todo ello por el amplio predominio pizarroso.

Parada 3, proximidades del Pontón de la Oliva

Rocas: En las proximidades del autobús vemos una roca de color rojizo, pero que cuando la cortamos tiene un color amarillento. Si la miramos con una lupa, podremos observar que está formada por granos de un mineral gris y transparente (cuarzo); a esta roca se la denomina arenisca. En otros puntos esta roca puede presentar huellas de antiguas raíces vegetales y restos microfósiles marinos; la mezcla de fauna marina y raíces sugiere que estas rocas se formaron en ambientes costeros. Si seguimos por el camino que sale a la izquierda de la carretera y excavamos un poco en el talud del camino podemos observar que la roca que forma este terreno es ahora una roca blanda, muy plástica, la podemos moldear (sobre todo cuando está húmeda), son arcillas y margas de colores grises. En estas rocas han aparecido restos de organismos marinos (erizos, ammonites, etc.), por lo que deben tener dicho origen.

La parte más alta del camino esta compuesta por unas rocas duras, presentan un resalte en el paisaje. En ellas es característica la presencia de una serie de planos paralelos que dividen la roca en porciones centi a decimétricas. Son planos de estratificación, que caracterizan a las rocas de origen sedimentario. Estas rocas son calizas (actualmente dolomías) y están compuestas en su totalidad por fragmentos de organismos fósiles marinos de tamaño muy pequeño, visibles al microscopio. Corresponden a depósitos de un mar somero de aguas cálidas que cubrió parte de España durante el Cretácico.

Por último, podemos observar desde aquí las rocas que aparecen al otro lado del valle. Se distinguen unas rocas de colores rojizos, cuya parte superior escasi plana. Son rocas sedimentarias blandas, arcillas, areniscas y yesos, con edades entre Cretácico y Terciario (entre 70 y 40 m.a.), y corresponden a sedimentos continentales, que incluían áreas lacustres con alta tasa de evaporación (yesos).

Procesos: Las calizas son rocas solubles, se disuelven con el agua; aunque este suele ser un proceso muy lento. El resultado final es que la mayoría de las rocas calizas suelen presentar cuevas, cavernas y cavidades producidas por su disolución. En estas rocas existe un sistema de cuevas que se conoce con el nombre de “cueva del Reguerillo”, que no es visitable por el público en general. La caliza, por otro lado, es una roca “dura”, resistente a la erosión superficial directa. Ambos hechos, roca dura pero soluble, originan paisajes característicos de cañones en estas rocas (río Lobos, río Duratón, etc.).

Las rocas no sólo nos hablan de como se formaron, también nos dicen otras muchas cosas. Las rocas sufren procesos que consiguen deformarlas, las rocas se pliegan, aparecen fallas y se producen terremotos. Estos procesos de deformación quedan claramente marcados en las rocas sedimentarias. Podemos datar los momentos de deformación observando que rocas están deformadas y cuales no; separando ambos conjuntos deben ocurrir los procesos de deformación.

Paisaje: Al final podemos observar una vista del valle de Jarama y su confluencia con el Lozoya. Se puede apreciar como apenas existen relieves; este tipo de relieves bajos, alomados, los suelen dar rocas blandas, poco coherentes, como arcillas, areniscas, y yesos. La caliza, por el contrario, es una roca dura, coherente, y presenta en este caso un buzamiento suave, por eso da un resalte con una dirección definida, con un frente abrupto y una parte posterior suave que es paralela a la estratificación; este tipo de relieve se denomina cuesta. Al otro lado del Jarama, como hemos visto las rocas son blandas y puesto que su parte superior es plana se debe deducir que presentan estratificación horizontal, por lo que a este tipo de relieve se le denomina tabular.

Parada 4, carretera Nacional 320 en su cruce sobre el río Jarama

Estamos en el centro del valle del Jarama, aguas abajo de las paradas anteriores, vamos a observar los procesos geológicos relacionados con este río. En primer lugar, y sobre un punto elevado observamos el perfil transversal del valle medio del Jarama, que está formado por grandes zonas planas separadas por pequeños escarpes con una cierta pendiente.

En el cauce del río Jarama podemos observar los sedimentos que trae el río en su cauce. Son partículas traídas de aguas arriba por la fuerza de la corriente. Si el río tiene energía suficiente para transportar estas partículas, también puede erosionar sus propios márgenes. Por otro lado el río no discurre únicamente por el cauce actual; en épocas de crecida el río desborda su cauce actual. En la vegetación de la ribera del río quedan marcas que indican hasta donde subió el agua en la última crecida del río (relacionada con las fuertes lluvias otoñales del año pasado). Volviendo hacia la carretera podemos observar un corte donde se ven los sedimentos que forman una de esas zonas planas que mencionábamos anteriormente. Sus características son similares a las del cauce del río.

 

Parada 5, Talamanca del Jarama (Puente Romano)

Esta localidad está aguas abajo de la parada anterior. Aquí el valle del Jarama, sus sedimentos asociados y el entorno fluvial no ha cambiado significativamente con respecto a dicha parada. Si nos acercamos al cauce del Jarama podemos observar un puente al que se supone un origen “romano” (podríamos decir que tiene unos 1500 a 2000 años de antigüedad). El cauce del río Jarama está en la chopera que tenemos enfrente ¿Podemos observar algún otro puente antiguo o moderno que cruce el cauce en la zona de la chopera? ¿Por qué crees que el puente se construyó en este punto y no en la zona de la chopera? ¿Qué ha debido pasar desde la época en la que se construyó el puente hasta la actualidad?

 

| Contacta conmigo | Última actualización, Febrero 2012, José F. García-Hidalgo